26.11.09

d'altres: www.nature.com: paraules en el teu cos

.

Feel the noise

When we listen to human speech we use a combination of the senses: the ears, obviously, and the eyes to see how a speaker's face changes the perception of consonant sounds. Experiments seeking to add the sense of touch to the mix have until now been inconclusive. Many languages use an expulsion of air to change vowel or consonant sounds — in English to distinguish a sound like 'da' from the microphone-popping 'pa'. Bryan Gick and Donald Derrick take that 'puff of air' as the starting point for a study of whether the sense of touch can contribute to what we 'hear'. They applied small, inaudible air puffs to the skin of volunteers who were simultaneously listening to a series of consonant sounds. Air puffs aimed at either the hand or neck made it more likely that aspirated sounds would be heard. So 'b' was misheard as 'p' following an air puff. This work could prove useful in the future development of audio and telecommunication aids for the hearing impaired.

http://www.nature.com.

.

EFE
LONDRES

Un grupo de científicos han asignado una nueva función en la piel humana, además de ejercer de barrera protectora del organismo frente al entorno y de contribuir al mantenimiento íntegro de sus estructuras, la de actuar como un "segundo oído" capaz de recibir sonidos a través de las corrientes de aire.

Este descubrimiento, que publica la revista británica
Nature, supone un gran paso adelante a la hora de comprender cómo los órganos sensoriales colaboran para recibir los sonidos y podría tener importantes implicaciones en el desarrollo de dispositivos de audio para las personas con problemas auditivos.

Corrientes de aire

Según un grupo de científicos de la Universidad British Columbia de Vancouver (Canadá), dirigido por el profesor Bryan Gick, la gente "oye" a través de la piel las corrientes de aire creadas por su interlocutor al hablar, a pesar de que éstas pasan desapercibidas para el oído.

Son las sílabas aspiradas (como por ejemplo "pa" y "ta") las que crean esas corrientes de aire que, según los investigadores, llegan a la superficie cutánea y permiten completar el puzzle comunicativo.

Huellas táctiles

Es más, aseguran que cuando un flujo de aire alcanza la piel del cuello y manos de manera fortuita en el mismo momento en que el interlocutor está pronunciando sílabas que no producen ninguna corriente de aire (como por ejemplo "ba" y "da"), el organismo confunde estas sílabas con las aspiradas ("pa" y "ta").


Esto indica, en su opinión, que cuando uno escucha a otra persona hablar no sólo atiende a la información auditiva y visual, sino también, de forma inconsciente, a las "huellas táctiles" que ese discurso deja en la piel..


www.elperiódico.com